viernes, 23 de marzo de 2007

Falsa guarida


Pequeños, ignorantes y desnudos, juntandose para obtener calor en el fondo de una cueva y miedosos de los rayos truenos. Luces, gritos, factores externos que una vez más sufren y no saben tratar. Perdieron sus ropas al fiarse del sol, que no está mas. Ellos construyeron una falsa guarida, en donde tenían sus reuniones y disfrutaban de la comida y la bebida. Bailaban, disfrutaban, y ahora están desnudos e indefensos, blandos, sucios, sin utilidad ni fin. Sus ojos redondos -enormes en su cabeza pequeña- miran hacia afuera, como si no dar la espalda fuera a protegerlos. Que sigan mirando, siempre seguirán mirando, nunca esa tormenta les va a cesar. Se lo merecen. Duendes... bah!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La apertura de lo incomprenible se adormece bajo los criterios de quien no supo elegir, mas su tamaño jamás fue proporcional a su magnitud, sus hechizos hicieron que se marchitara, pero no está muerta, no. Jamás debió asistir a aquel juicio, sin embargo ya la ejecutaron.
Siempre valió la pena.

Anónimo dijo...

La apertura de lo incomprenible se adormece bajo los criterios de quien no supo elegir, mas su tamaño jamás fue proporcional a su magnitud.
Sus hechizos hicieron que se marchitara, pero no está muerta, no. Jamás debió asistir a aquel juicio, sin embargo ya la ejecutaron.
Siempre valió la pena.