viernes, 25 de mayo de 2007

Por la noche

En donde encuentro excesivamente blanco este lienzo automático, prefiero verlo en su resultado final. Por la noche de otoño los besos ausentes se buscan como snacks en la heladera. Esa ansiedad inútil es la reminiscencia del futuro. Que será al llegar y recibir un beso? No lo sé. En el colectivo todo se hace más lento, y me doy cuenta de que constantemente tengo la mandíbula endurecida, al igual que ahora tengo el estómago. Ganas, necesidad. Un paseo en la noche, compartir el frío, deleitar los oídos con buena música. Miles de ojos me ven pasar y a cada uno observo para ver perdida en un reflejo a mi siempre tan lejana luna. Preciosa, te perdiste en el inicio de mis días para observarme hoy intrusa y malévola mientras deseo constante adorar tu reino. Ganas locas de tener paz. Ansiedad por la quietud. Búsqueda universal de lo que nunca se encuentra. Y se me sellan los labios. Mas nunca el corazón, nunca. Nunca...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La noche, escenario nostálgico cuya complicidad exige un reino... Luz propia para que no confundir reflejos en vista ajena, allí donde te encuentres estará...